Accesibilidad y envejecimiento en el autismo
¿Qué es la accesibilidad?
¿Alguna vez has llegado a un sitio y no sabías a dónde teníais que ir? ¿O alguna vez has comprado un objeto, pero no sabías cómo utilizarlo?
La respuesta a estas preguntas tiene que ver con la accesibilidad. Hay muchos tipos de accesibilidad: física, sensorial o cognitiva. Las primeras tienen que ver con adaptar los entornos o los objetos para que las personas con déficits sensoriales o motores pueden usar algo en igualdad de condiciones (por ejemplo, poner una rampa para que las personas que usan sillas de ruedas puedan usar un edificio, o marcas en braille para que las personas ciegas puedan reconocer un objeto).
La accesibilidad cognitiva es la característica de los entornos, procesos, actividades, bienes, productos, servicios, objetos, herramientas y dispositivos que permite su fácil comprensión, comunicación y usabilidad por parte de todas las personas.
Es decir, hablamos de accesibilidad cognitiva cuando las personas con diferentes necesidades de comprensión pueden orientarse con facilidad y pueden utilizar o disfrutar de los entornos, bienes o servicios de forma autónoma.
Cuando un entorno es accesible puedes:
- Orientarte con facilidad y autonomía, sabes dónde estás y adónde quieres ir.
- Entender la información del contexto.
- Comunicarte y relacionarte con otras personas.
¿Por qué es importante la accesibilidad para las personas adultas con autismo?
Cuando un entorno, producto, bien o servicio no tiene en cuenta medidas que favorezcan la accesibilidad cognitiva excluye a las personas con discapacidad, esto puede ser una barrera para las personas en el espectro del autismo. Las personas autistas pueden tener problemas con la comprensión social y con la información del entorno (carteles, señalización, etc.), así como con la posibilidad de adaptarse de una manera flexible a las demandas cambiantes del contexto (imprevistos, situaciones novedosas o desconocidas, cambio de planes, etc.).
Además, conforme las personas vamos envejeciendo, aparecen más dificultades para percibir, reconocer y comprender la información del contexto. Esto puede hacer que un entorno que antes podías utilizar de forma autónoma, ya no seas capaz de utilizarlo.
A veces, las personas mayores pueden encontrarse con barreras para orientarse en lugares conocidos, reconocer objetos, desplazarse de forma independiente, recordar información o comunicarse de manera efectiva. Aunque aún hace falta investigar más sobre estos procesos, parece que, en el caso de las personas en el espectro, estas dificultades pueden aparecer antes que para otras personas.
Un estudio sobre accesibilidad cognitiva y personas adultas con autismo
Para conocer más sobre este tema, desde el Centro Piloto sobre Trastorno del Espectro del Autismo estamos haciendo una investigación, analizando información proporcionada por las propias personas en el espectro.
En este estudio, se han analizado datos de 178 personas autistas en edad adulta (mayores de 35 años). Para participar, estas personas tuvieron que realizar algunas pruebas psicológicas relacionadas con habilidades cognitivas, calidad de vida y habilidades de la vida diaria. Las puntuaciones de las personas con autismo fueron comparadas con las de otras personas con una capacidad intelectual similar sin diagnóstico de autismo (pues es esperable que eso influya en el rendimiento en las pruebas).
Algunas funciones cognitivas que hemos analizado, porque pensamos que pueden estar relacionadas con la accesibilidad cognitiva, son (citamos solo algunos ejemplos):
- Percepción visual: cómo vemos los objetos o los espacios.
- Atención: en qué cosas nos fijamos cuando estamos en un sitio.
- Memoria: si podemos recordar la información después de un tiempo o después de que algo nos distraiga.
- Comprensión y expresión del lenguaje: comprender las instrucciones para utilizar un servicio o para llegar a un lugar.
- Lectura y escritura: leer y comprender información escrita en un texto.
- Organización de la información: cómo respondemos si hay demasiada información.
- Planificación: iniciar y finalizar una tarea de forma autónoma.
- Velocidad en procesar la información: tiempo que pasa desde que vemos un estímulo, hasta que damos una respuesta.
El análisis preliminar de toda esta información refleja algunas dificultades de las personas con autismo en algunos aspectos. Estas dificultades no pueden explicarse por su capacidad intelectual, ya que se ha utilizado una metodología que compara grupos de personas con y sin autismo con una capacidad intelectual similar. Se ven diferencias en el rendimiento en:
- Funciones ejecutivas como, por ejemplo, planificar (lo hemos medido con las pruebas “Test de los Senderos”, “Cinco Dígitos” y “Anillas”).
- Aprendizaje verbal (lo hemos medido con las pruebas “Test de Aprendizaje Verbal Complutense” y “Repeatable Battery for the Assessment of Neuropsychological Status”).
- Praxias, es decir, la capacidad de emitir un gesto ya aprendido (lo hemos medido con la prueba “Batería CAMDEX-DS”).
- Socialización, comunicación expresiva, adaptación a la vida en la comunidad, relaciones interpersonales, juego y ocio y comportamiento disfuncional (lo hemos medido con la “Escala de Comportamiento Adaptativo Vineland”).
- Salud psicológica y relaciones sociales (lo hemos medido con la “Escala de calidad de vida OMS: WHOQOL”).
Algunas recomendaciones para eliminar barreras y mejorar la accesibilidad cognitiva
Hay algunas cosas que, como sociedad, podemos hacer para que los entornos, los servicios y los objetos sean más accesibles y, en consecuencia, puedan ser utilizados y disfrutados por todas las personas.
Es bueno que estas recomendaciones se incluyan desde el momento en el que se están diseñando los entornos, servicios, objetos o dispositivos:
- Proporcionar siempre información clara y sencilla.
- Evitar entornos sobrecargados, con información duplicada o contradictoria.
- Evitar dobles sentidos, ironías u otras expresiones que puedan crear confusión.
- Utilizar un lenguaje claro e incorporar textos adaptados en formato de lectura fácil (que es una herramienta oficial y validada para redactar textos).
- Introducir elementos visuales que puedan servir de apoyo para orientarse en los lugares o utilizar los productos.
- Reducir la sobrecarga de estímulos (ocurre cuando hay muchos estímulos a la vez para procesar por nuestros sentidos: por ejemplo, luces intensas o destellos, ruido o música muy alta, olores diferentes…).
- Proporcionar apoyos que aseguren que las personas pueden utilizar los espacios o los servicios de forma autónoma (por ejemplo: mapas, instrucciones, profesionales con conocimiento en discapacidad…).
Hacer que los espacios, los servicios y los productos sean más accesibles beneficia a todas las personas, no solo a las personas con discapacidad, pero es esencial para que ellas puedan participar en igualdad de oportunidades de estos entornos, servicios y productos.
La edad conlleva en muchos casos un deterioro cognitivo, al que no son ajenas las personas en el espectro del autismo. Una sociedad cognitivamente accesible es una sociedad más justa.
Si quieres puedes leer esta noticia sobre ‘Accesibilidad y envejecimiento en el autismo’ en formato PDF.